Los textos de este blog han de entenderse como los trabajos y reflexiones de un estudiante. Si queréis profundizar hay una entrada con libros recomendados.

WU JI. POSTURA BÁSICA DE PIÉ.

INTRODUCCIÓN:
Uno de los trabajos básicos y más importantes al practicar chi kung es cuidar con detalle nuestra postura al estar de pié. Existen técnicas que se practican sentado, algunas tumbado, pero la mayoría se realizan de pié, por lo que, estar de pié será importante para cualquier ejercicio que hagamos. Pero además el estar de pié se considera un chi kung en si mismo. Es decir: estar de pie se considera un entrenamiento, para adquirir fortaleza física y mental, para la autosanación o  prevención de enfermedades.
Pero no hablamos de estar de pie de cualquier manera, sino prestando atención a unos cuantos detalles. No son complicados, pero profundar en ellos, es trabajo de mucha práctica. Sin embargo desde el principio es beneficioso.
No hay que olvidar que  el chi kung fue, en parte, desarrollado por  taoístas y budistas interesados en la meditación  para su desarrollo espiritual. Nosotros podemos utilizarlo para la mejora personal sea cual sea nuestro interés. Digo esto porque el estar unos minutos con total atención a la postura y la respiración es, de hecho, meditación. Wu ji significa algo así como vacío absoluto. Yo diría más prosaicamente que se trata de relajarse de pie.

POSTURA:
Pies: Los pies se colocan a una distancia del ancho de hombros con las puntas mirando hacia delante. Trataremos de maximizar la superficie de contacto con el suelo y tratar de que el peso se sienta aproximadamente el centro de la planta, tanto vertical como horizontalmente. Para ello, en  cuanto a la vertical, haremos un suave balanceo del cuerpo, cambiando el peso con claridad entre la punta y el talón, reduciendo progresivamente el balanceo hasta quedar en el centro. En cuanto a la horizontal, jugaremos  con la distancia entre las rodillas, ya que esto modifica el apoyo del pie en este eje. Hay más detalles, pero para empezar esto es bastante trabajo ya.
Rodillas: Flexionaremos muy ligeramente las rodillas. En posturas más avanzadas, se flexiona más, pero al principio basta con no ponerlas rígidas. Se trata de relajarlas, para que fluye bien la sangre (y el chi). Un instructor nos recordaba: “Aflojad las rodillas un poco más a ver si todavía pueden con vuestro peso“.
Cadera: El gesto de aflojar las rodillas debe hacer que el hueso sacro  vaya hacia abajo y hacia adelante un poquito, reduciendo la curva que suele tener la zona lumbar. Además tratamos de relajar las ingles, zona importante de unión entre las dos mitades del cuerpo.
Hombros: Los dejamos caer. Una imagen que puede ayudar es tratar de sentir el peso de los brazos. Existe una tendencia bastante generalizada a llevar los hombros tensos y hacia arriba.
Cabeza y cuello: Hay una imagen fundamental en este trabajo que es imaginar como un hilo que tira de la coronilla con suavidad hacia el cielo. De esta manera estiramos ligeramente las cervicales hacia arriba. El mentón puede ir en este movimiento ligerísimamente hacia dentro y hacia abajo.
Es interesante también realizar un examen de todos el cuerpo, por zonas, para soltarlas y ralajarlas una a una. De arriba abajo o al revés pero siempre parte a parte (frente, ojos, mejilla, cuello, cuero cabelludo, hombros, etc...)  tomando unos segundos para relajar cada  zona.


Con estos detalles tenemos  lo referente a la postura Wu ji. Al principio hay que ir poco a poco, con la práctica, posiblemente, de un vistazo rápido, nos colocaremos bien. No obstante, durante toda la práctica hay que prestar atención a todo lo dicho e ir corrigiendo si se siente que se debe hacer. El cuerpo, con la experiencia te va indicando modificaciones paulatinamente más sutiles, que hacen que se produzcan  cambios  en la estructura corporal. Una  compañera,   practicante de chi kung,  jovencita de más de 60 años, comentaba como sus amistades después de un tiempo sin verse le habían dicho ¡que había crecido! En efecto,  en esta postura sometemos a la columna a un estiramiento por sus extremos, siendo enormemente beneficioso para las vértebras y los discos intervertebrales.

RESPIRACIÓN:
En un primer momento es una buena idea simplemente tomar conciencia del proceso de respirar. Para ello podemos fijarnos en la sensación que produce el aire al entrar y salir de la nariz y centrarnos en ella. Es algo sencillo. La complicación es que la mente, intentará moverse hacia otros sitios como siempre hace y tendremos que hacerla volver a la sencillez del aire en la nariz.  Es importante recordar que no hay que tratar de cambiar la respiración, o por lo menos, no demasiado. Al  observarla, probablemente ella sola se regulará haciéndose más lenta, fluida y profunda.

CONCENTRACIÓN:
Una vez tengamos una buena postura y notemos que nuestra respiración se ha sosegado  podemos concentranos en  la imagen de una pelota pequeña (como de ping-pong) luminosa situada en el tantien. Con la inspiración la pelota se ilumina un poco y con la expiración se "apaga" otro poco.
El tantien  (o dantian) inferior  se sitúa a tres o cuatro dedos por debajo del ombligo y  hacia el interior del abdomen. Esta imagen nos servirá para ir tomando conciencia de la zona del tantien, considerada como el centro energético del cuerpo. En cuanto a la concentración esta es una manera,  no la única.  Lo importante es llevar la atención a esa zona. Aprender a hacerlo es algo sutil y poderoso. Pero sin agobios. Vamos a distraernos una y mil veces. Es lo normal. Simplemente se vuelve al trabajo o quizá mejor dicho al juego, pues quizá sea la mejor manera de enfocarlo, como un juego. 
Una sesión de chi kung suele incluir unos minutos en esta postura. Se puede empezar  por dos o tres minutos e ir incrementando paulatinamente. Se pueden contar la respiraciones para “medir” aproximadamente el tiempo que se lleva y como ayuda para no distraerse.
    Por último, añadir que mantendremos esta postura mientras no se diga otra cosa. Es decir en cualquier ejercicio, habrá que tener en cuenta los principios de wu ji: no tensar los hombros, mantener las rodillas un poquito flexionada, maximizar la superficie de contacto con el suelo e imaginar un hilo que tira de la coronilla hacia arriba.

Método en las clases: una de preguntas y dudas.

Cuando me he visto, al frente de una clase de chi kung, me han surgido numerosos interrogantes  y dudas, que poco a poco intento ir resolviendo. Me refiero al método de trasmisión. A estrategias de comunicación efectiva y ese tipo de cosas. Es decir: "cómo" tratar de enseñar.
El "qué", la materia, los ejercicios o las técnicas procuro tenerlas muy  claras. Si no es así,  no enseñar eso es lo único honesto que se puede hacer.
Como decía me surgen varias dudas. En primer lugar, la organización del tiempo en la clase. ¿Cuánto tiempo dedicar a cada parte de la clase?. Y dentro de cada parte de la clase, ¿hacer pocas técnicas con muchas repeticiones, o al revés, muchas técnicas con menos repeticiones?. Otra duda es ¿cuál es la proporción de ejercicios "conocidos" por la mayoría de los alumnos respecto de los que  sean nuevos para ellos?  Otra duda más general y relacionada con todo lo anterior es si tener la clase absolutamente preparada o por el contrario dejarse llevar por lo que vaya apeteciendo, o intuyéndose  más efectivo en ese momento determinado. ¿Qué grado de atención dedicar a uno mismo o a los alumnos en la realización de los ejercicios? ¿Hacer siempre algo muy parecido, o por el contario ir cambiando?
Uno ha estudiado un curso que se supone que  le capacita para ser "instructor" de chikung. Pero aunque el nivel de la capacitación recibida sea muy bueno (y así considero la que yo recibí), en la práctica, supongo que, como todo en la vida, uno aprende "haciendo" lo que quiere aprender. Así que si uno esta interesado en aprender a enseñar, no hay más remedio que aprender a enseñar enseñando. En el proceso, me temo que los alumnos a veces son como conejillos de indias, con los cuales uno comete a veces torpezas. A fuerza de prueba y error y fijándose en sus maestros, supongo que uno va aprendiendo "un método" de trasmisión; efectivo en el mejor de los casos, aunque no hay ninguna garantía de que sea así. Lo único que uno puede garantizar es su ilusión y sus ganas por hacerlo lo mejor posible, la humildad para reconocer sus carencias, y el respeto y el cariño por lo que se intenta enseñar.

Pequeña circulación celeste

También conocida como "órbita microcósmica", la pequeña circulación celeste hace referencia al trayecto de los dos principales meridianos del cuerpo.
El meridiano du, o vaso gobernador que va desde el perineo, hacia atrás y hacia arriba, siguiendo en línea recta por la columna vertebral hasta el cráneo, pasa por la línea imaginaria que lo divide y baja por la frente y la nariz, acabando sobre el labio superior.
El meridiano ren o vaso concepción comienza debajo del labio inferior y sigue en linea recta descendente por la garganta, tórax, abdomen y genitales para llegar al perineo.


La meditación de la pequeña circulación celeste consiste basicamente en tratar de guiar el chi por el circuito formado por estos dos meridianos.
Se comienza tomando conciencia de la postura (sedente o de pie) y de la respiración. Se coloca la lengua en el paladar durante toda la práctica.
A continuación nos concentramos un tiempo en el tantien (6 VC), situado en la zona del abdomen, a tres dedos por debajo del ombligo y dos dedos hacia el interior del cuerpo.  Simplemente tratamos de enfocar allí nuestra "mirada interna". Después de unas cuantas respiraciones, dirigimos nuestra atención al perineo, punto hui yin o  1 VC.  A partir de este punto, subimos por la espalda recorriendo el camino del meridiano du hasta bai hui (20 VG) en la coronilla, y desde aquí hasta el entrecejo (yintang) donde se penetra un par de centímetros hacia el interior y se baja a tianchi, que corresponde con un punto en el paladar donde aproximadamente habremos colocado la lengua (que cierra el circuito). Desde aquí bajamos por la garganta, siguiendo el camino del meridiano ren hasta el perineo (hui yin, 1 VC).
Se habría completado así una circulación.  Se repite.
Se dice que la circulación esta abierta cuando se siente claramente una sensación particular a lo largo del recorrido. Normalmente sentiremos mejor algunas zonas que otras, o quizá no se sienta nada.
Se puede también efectuar el trabajo de concentrarse durante bastante tiempo en un solo punto de la órbita para luego pasar al siguiente. Así se va adquiriendo conciencia de cada zona.
Yo trato de hacer los dos. Hago la circulación unas cuantas veces y luego me concentro en algunos puntos unas cuantas respiraciones para "abrirlos" y despues vuelvo a circular. Los puntos usados tradicionamente para este entrenamiento son los señalados en el esquema de la izquierda, aunque se puede hacer simplificado en menos puntos.
Al acabar es importante redistribuir la energía. Se acaba en el tantien haciendo girar la energía 36 veces en el sentido de las agujas del reloj  y 24 en el opuesto los hombres. Las mujeres al contrario. Yo reconozco ser muy desobediente en esto y jamás lo cuento. Probablemente debería hacerlo.
Precauciones: según Yves Requena, los hipertensos, o gente con problemas cardiacos deben hacer este trabajo preferiblemente con supervisión y no detenerse en el punto 17 VC, ya que podría sobreestimular el corazón. Además la energía que sube a lo alto debe hacerse bajar o ocasiona problemas. Si existe algún bloqueo en la cabeza o cuello podemos agarrar un dolor de cabeza que desaparece haciendo la circulación al revés. Si tenemos problemas de salud hay que ser muy suaves en la apertura. También han de tener precaución enfermos de alteraciones circulatorias cerebrales o con riesgo de infarto cerebral.
Solo añadiré que este trabajo es considerado una de las piedras angulares del chikung interno, aunque su grado de dificultad es alto, precisamente por ser un trabajo mental. Cuando lo practiqué con Félix Castellanos y le comenté mis dificultades de concentrarme en ciertas zonas de la espalda, me indicó que podía ayudarme de un pequeño movimiento de ondulación de la columna.
Se puede realizar la respiración abdominal normal o invertida, teniendo especial cuidado con la invertida en el caso de las enfermedades anteriormente citadas.
Esta ha sido una pequeña introducción a la "pequeña circulación celeste". Me doy cuenta escribiendo estos articulillos, que quizá debería pararme a explicar cosas más sencillas, como la postura básica de pié, tipos de respiración, qué es el tantien, etc... Intentaré hacerlo en próximas entradas.

Chikung & dolor (crisis terapéuticas II)

Recientemente he tenido un accidente en la nieve y he sufrido una fractura bimaleolar. Los maleolos son las "bolas" que podemos palpar a cada lado del tobillo, y forman parte cada una de los huesos largos que van hasta la rodilla: tibia (en la cara interna) y peroné (en la externa). Pues bien; me he roto ambos. El interno ha necesitado de cirugía. Tengo que decir que hacer chikung no me impide tomar decisiones estúpidas, como fue para mi hacer snow board con unas botas que todos los indicios apuntaban a que no eran las adecuadas. Pero una vez lesionado y habiéndome perdonado la imbecilidad, toca recuperarse y ahí si nos puede ayudar. Tras el accidente, vino la operación, en la que no me enteré de nada por la anestesia epidural (de cintura para abajo) y un valium con el que literalmente me eché una siesta mientras me recomponían con dos tornillos. Tras la operación hubo unas 5 o 6 horas en las que seguí sin notar nada. Las piernas se van despertando en un par de horas, pero de rodilla para abajo, en la pierna afectada anestesian de nuevo para darte una tregua despues del trago de la cirugía. A partir de aquí las siguientes horas....fffffffffffff . Aquí se pasa mal. Las sensaciones son extrañas. Yo notaba como si me clavaran un pincho desde el talón hacia arriba y al mismo tiempo me retorcieran el pie hacia los lados por dentro. Poco a poco el dolor hacía que me tensara y eso provocaba más dolor. Los analgésicos hacían su efecto (supongo) pero la sensación era agudísima. En un momento dado me di cuenta de que tenía que romper el círculo vicioso de tensión-dolor, tenía que hacer algo para dejar de sufrir tanto. Me acordé de lo que me decían a veces cuando practicando zhang zhuan empezaba a notar tensiones e incomodidades. La primera reacción es tensar más, protestar, huir. Con trabajo mental podemos cambiar esto a: sentir el dolor con toda nuestra atención, escuchar u observar el dolor durante un tiempo, "meternos dentro" del dolor. Esto puede dar paso a: aflojar, relajar, sentir un alivio. Una vez experimenté esto esto ya vino todo más rodado. Me di cuenta de que debía dedicar todo mi esfuerzo a esto. Me dediqué durante un rato a esto con toda mi atención. Creo que nunca había "meditado" tan intensamente y es que el castigo por distraerse era horrible. Si me concentraba lo suficiente podía mantener el dolor a raya. Logré hasta esbozar una sonrisa en medio de esas sensaciones, notaba el dolor, pero estaba como alejado. Era como si hubiera creado espacio en la conciencia y el dolor no fuera más que una pequeña parte de ella ahora. Esto me recuerda algo que leí (puede que fuera Krisnamurti quién lo dijo pero no lo recuerdo), algo así como que seguimos sufriendo porque no somos capaces de experimentar el sufrimiento en toda su intensidad. La clave para deshacerse del conflicto, del sufrimiento, está en experimentarlo sin mirar a otro lado, es decir con toda nuestra atención.
Por suerte hoy, 19 días después, tengo ánimos para volver a escribir de nuevo. Hoy estuve estudiando taichi todo el día (en silla de ruedas) y estoy muy cansado, pero contento. Al llegar a casa he tardado un buen rato en destensar toda la zona del pie afectado. Me cuesta verdadero trabajo hacerlo, pero lo bueno es que se cómo y gracias al chikung sin duda.

Lista de libros recomendados. (bienvenidas sugerencias)

He aquí algunos libros que me han venido muy bien. Voy a divirlos en tres grupos según el nivel:
Principiantes:
"El poder curativo del chi kung" del Maestro Lam Kam Chuen.
Este librito fue uno de los primeros que compre. Esta bien para iniciarse. Propone un sistema completo, dividido en grados de dificultad. Nunca lo seguí al pie de la letra pero si saqué ejercicios sueltos sencillos y efectivos. También da una descripción teórica sencilla de lo que nos ocurre con la práctica.
"El arte del Taichi Chuan". Tew Bunnag. Otro librito para intrododucirse un poco y motivarse a practicar, esta vez dedicado a tai chi.

Intermedio:
"El camino del qigong. El arte y la ciencia de la curación energética china"
de Kenneth Cohen.
Este libro trata prácticamente de todo lo relacionado con el chikung, desde un punto de vista de un maestro occidental. Es divulgativo, ameno, riguroso, científico y con sentido del humor. Explica algunos ejercicios prácticos, aunque mi experiencia es que cuesta mucho sacar partido de la práctica explicada en un libro, si antes no nos la ha explicado un instructor. Para nivel principiante (por lo motivador) o intermedio (por los contenidos).
"Qi Gong. Gimnasia china para la salud y la longevidad". Yves Requena. Muy completo. Incluye un poco de historia, fundamentos de medicina china (incluida una buena explicación de la circulación de la energía por los meridianos), explicación de un par de tablas (8 piezas de brocado y cinco animales), meditaciones, automasajes,...
"The Way of Energy: Mastering the Chinese Art of Internal Strength with Chi Kung Exercise" Lam Kam Chuen. Me lo recomendó Antonio García, mi primer profesor. Da una explicación detallada del sistema "Zhan Zhuang". Muy práctico y motivador. Yo lo tengo en inglés, pero supongo que estara en castellano.
"El placer de meditar" Juan Manzanera. Un ex-monje budista nos explica algunas claves sobre la meditación. Motivador.

Avanzado:
"La raiz del chikung chino" Dr. Yang Jwing Ming.
Trata unas cuantas cosas en bastante profundidad: conceptos generales del chikung y la medicina china, historia y tipos de chikung, claves del entrenamiento.
"Iron Shirt Chi Kung I". Mantak Chia. Solo he leído un tercio más o menos del primero de tres libros dedicados al sistema de chikung Camisa de Hierro. He de decir que hasta donde he llegado me ha sido muy útil. Básicamente "Camisa de hierro" empieza por "Abrazar el Árbol" o "Zhan Zhuang" con algunas particularidades. Lo que yo he sacado de este libro es una explicación exaustiva de que es lo que ocurre en el cuerpo cuando llevamos este entrenamiento (abrazar el árbol) adelante un tiempo. Ya digo que no he hecho más que empezar. Para seguirlo creo que había que dedicarle muchísimo entrenamiento, casi no hacer otra cosa y no estoy por la labor de momento. Aún así lo recomiendo mucho, le he sacado mucho partido. Es eminentemente práctico. No vale la pena si no se va siguiendo el entrenamiento que describe.

Crisis terapéuticas & Chikung

Hablando con practicantes de chikung y de taichi, me he dado cuenta de que es bastante común y habitual tener la sensación de que algunos dolores empeoran temporalmente durante o después de la práctica. Incluso aparecen molestias en sitios que parecían estar "sanos". Es, por supuesto, también muy habitual que mejoren las molestias que se pudieran estar padeciendo. El hecho de que algo duela, durante la práctica o después, ha de ser tenido en consideración, para dilucidar si se trata de que estamos haciendo algo mal o existe alguna lesión.
En principio, si el entrenamiento se lleva a cabo siguiendo las pautas correctas, no ha de causar dolor. En caso de que algo realmente duela, habría que tener la precaución de parar, e ir cuanto antes al médico a ver que pasa.

Las pautas a seguir tienen que ver sobre todo con la cantidad justa de movimiento o de fuerza, segun nuestras posibilidades, teniendo en cuenta la máxima de "no forzar nada". Es un error tratar de llevar una torsión o un estiramiento a un nivel de demasiada incomodidad, ya que eso produce tensión, y es, por tanto, contraproducente.
Aún así, teniendo las precauciones adecuadas, en muchos casos, aparecen molestias que parecen asociadas a la propia práctica. Creo que es importante puntualizar que hay diferencia entre "dolor" y "molestia" o "incomodidad", aunque claro la diferencia es subjetiva y el umbral parece estar directamente relacionado con la relajación (lo que que estando relajado es una molestia, estando tenso duele). En mi caso comencé a practicar taichi y chikung porque tenía un dolor de espalda crónico y sin diagnóstico. Pense (y era cierto) que podría mejorar con estas técnicas. Se trataba de una antigua lesión no curada, producida por un sobreesfuerzo (probablemente una contractura), además en un momento de gran turbulencia emocional. Hacía ya 6 o 7 años que se había producido, pero parece que había dejado una huella. No se curaba del todo. Cuando me veía obligado por trabajo a hacer esfuerzos se inflamaba la zona, me salia un bulto evidente a simple vista. Como digo, al empezar a practicar chikung la cosa mejoró un poco. También en esa época seguí un tratamiento de masaje y acupuntura (una par de años antes había hecho fisioterapia sin mucho éxito). Sobre todo practicaba postura estática mantenida durante 3 o 5 minutos. Antonio García, que fue mi primer instructor, le daba mucha importancia a el chikung estático y todas sus clases comenzaban con unos minutos de "estar de pie" (explicaré este ejercicio en otra entrada). A mi me maravilló como era capaz de relajarme como nunca lo había hecho con una técnica no muy complicada. El caso es que al mismo tiempo que me iba encontrando mejor advertí que cuando practicaba "estar de pie", sobre todo en los descansos del trabajo (cuando había estado forzando los musculos) notaba en el área afectada un sensación como de calor, de quemazón. Como si de repente, simplemente, al fijarme con atención, pudiera notar el exceso de energía que no podía fluir bien por esa zona. Cuando el acupuntor me preguntaba a lo largo de las sesiones por las características del dolor, me di cuenta de que, en realidad, cuando pensaba "me duele la espalda" ya no era, después de mucho tiempo, realmente cierto. Al observar atentamente las sensaciones, me di cuenta de que lo que sentía era como una sensación de tener la zona anestesiada, como si hubiera perdido parte de la sensibilidad, y por otro lado el calor o quemazón de la que hablaba antes. Creo que tras años de dolor, el cuerpo había desarrollado un poco la habilidad de "no sentir" en esa zona, como añadiendo capas y capas sobre el tejido dañado, pero sin llegar a reparar lo que esataba afectado. Ignoro si esto tiene un sentido fisiológico. Es una sensación. Es posible que más que añadir tejido, éste se fuera endureciendo cada vez más, notándose insensible. No lo se cierto, pues nunca fui claramente diagnosticado. De cualquier modo, gracias al tratamiento y al chikung poco a poco fui siendo cada vez más consciente de las propias sensaciones y he sido capaz de mejorar mucho. Tengo la sensación de que he ablandado el armazón que había creado. No se si he llegado a sanar ese tejido del todo, pues todavía ahora, tras momentos de tensión nerviosa, al relajarme, noto esa sensación de calor (mucho más atenuada), aunque ahora sé que sentirla es el primer paso de disiparla. En un primer momento esas sensaciones que me han ayudado a mejorar eran percibidas como dolorosas, o al menos incómodas o molestas, pero ¡el dolor puede ser nuestro aliado!. Se trata de sentirlo desde la relajación, penetrar en él, sin rechazarlo. Aceptarlo, como todo lo que viene. Esto no es fácil, no es un truquillo astuto. Se consigue mediante el entrenamiento asíduo.
Tras esta fase con la espalda, he pasado por étapas en las que he tenido sensaciones extrañas en el hombro izquierdo (descolocado ligeramente por una fractura de la clavícula) y la ingle izquierda (desde que recuerdo, había tenido a veces una sensación moderada como de pinzamiento, ahora ya desapareció) . Algunos momentos han sido un poco dolorosos o más bien incómodos, pero siempre los he pasado con bastante tranquilidad, sabiendo que son pasajeros y que tras ellos, parece que nos hemos desecho de algo que estaba atenezandonos de alguna manera.
Me doy cuenta de que todas estas étapas de "crisis terapéuticas" las he tenido siempre en momentos en los que he efectuado una práctica bastante intensa de las citadas posturas estáticas, en sus diferentes variantes. Me parece claro, por mi experiencia, que dichas posturas, son una poderosa técnica de mejorar la estructura corporal y la alineación. Realmente parecen recolocar la postura hacia una forma óptima. Además nos permiten observarnos con atención desde la tranquilidad, haciendo que afloren las tensiones latentes , siendo así capaces de soltarlas. Hemos visto que a veces esto no es agradable, pero si terapéutico.

Las fases en la energía.

Creo que esto es algo que ha podido experimentar cualquier persona. Nuestro estado subjetivo de ánimo, nuestra fuerza, nuestra resistencia en las batallas diarias parece oscilar en el tiempo como un péndulo. Todos hemos comprobado alguna vez que algunos días nos levantamos con energía para hacer lo que sea, y que es muy dificil que nada nos afecte. En cambio hay ocasiones en que cualquier esfuerzo parece un mundo. Hay menos ganas. Es más facil que nos enfademos y que perdamos los nervios. Los practicantes de chikung no estamos exentos de estas oscilaciones aunque somos mas conscientes de ellas. Si cada mañana una parte de mi práctica consiste en "habitar el cuerpo", observar mi respiración, mi eje, mis tensiones, obviamente tendré mucha información sobre como me encuentro, que quizá me pasaría por alto si no me parara unos minutos a observarme.
Aun así, el observarse no evita las oscilaciones, que son totalmente naturales y tienen que ver con multiples factores. Algunos los podemos intentar controlar: alimentación, consumo de tóxicos, actividad física, estimulos emocionales (favorables o no),...; otros no los podemos controlar: influencia del clima, fases lunares, estaciones y otros.
Si escribieramos un diarío es posible que detectaramos estas fluctuaciones en nuestro estado energético con claridad. Yo no lo hago pero tengo la sensación clara en algunos momentos de haber llegado a un punto donde la tendencia cambia.
Hay fases en las que cuando suena el despertador me levanto sin perezosear demasiado y cumplo lo que tengo previsto: entrenamiento chikung, meditación, trabajo, lo que sea. La voluntad es fuerte y eso se retroalimenta en actitudes que la hacen aún más fuerte. Me siento contento y evito los conflictos con facilidad. Estoy centrado. Es un estado agradable. Pero en algún momento todo cambia. Sin darme mucha cuenta, quizá un día perezoseo un poco más y dedico menos tiempo del que me gustaría al entrenamiento (la discipina nunca ha sido mi fuerte). Casi sin darme cuenta un día ni siquiera me levanto hasta el último momento; en el trabajo, es posible que alguna tensión me afecte más de la cuenta, y hasta es posible que discuta con alguien, dando clase la atención se escapa más de lo deseado. ¿Que ha pasado? Estoy en el otro lado, en el punto bajo de la fase energética. Normalmente en este momento si soy espabilado, trataré de favorecer la inversión de tendencia de nuevo mediante mi voluntad. Darse cuenta de estos altibajos puede ser muy útil. Me ayuda a aceptar con humildad los momentos bajos y saber aprovechar los momentos más fuertes. La filosofía Taoista en su simplicidad explica perfectamente estos cambios. El Yang crece, sube y sube pero llega un momento que el Yin tira de el hacia abajo, su misión es sujetarlo. Esto es necesario. No se puede subir eternamente, nos quemaríamos con el sol como en el mito de Ícaro, nos desgastaríamos demasiado pronto. Es entonces apertir del momento de energía máxima, cuando el Yin empieza a crecer y decrece el Yang. El Yin quiere hacer de nuevo acopio de nutrientes, absorver, para que luego el Yang pueda expresar y crecer de nuevo. Por eso durante un tiempo el cuerpo se vuelve más yin y nos encontramos menos activos, el Yang está simplemente esperando su momento para volver a crecer. Hay que adaptarse a estas oscilaciones naturales. Si el cuerpo te pide dormir un poco más hazle caso: acuéstate temprano, quizá dedicar en chikung algo más de tiempo a trabajo interno y meditativo y movernos menos. Si sentimos frío abrigarnos más. Si no estamos muy comunicativos, no forzarnos a hablar. Se trata de ir a favor de la corriente, aprovechar su fuerza para ahorrar energía. Esto es por supuesto, el caso de un individuo en buen equilibrio. Otro asunto sería cuando el estado de ausencia de Yang, se perpetua o es demasiado largo. Entonces hay que analizar las causas: ir al médico.

Importancia del trabajo mental.

Es posible que alguien experimentado en la práctica del chikung o taichi, piense al leer el título: ¡Pues claro que es importante! Que recuerde que todos somos o hemos sido principiantes. La idea de este artículo me viene por el libro que estoy leyendo: "La Raíz del Chikung Chino" del Dr Yang Ywin Ming, que tiene el atractivo subtítulo: "secretos del entrenamiento en Chi Kung".
Como casi siempre lo empecé con mucha expectativa, casi con ansia. Suelo leer rápido la primera vez para luego regresar a releer varias veces, tomando notas si es necesario. No se si es el mejor método.
En concreto, este libro trata conceptos generales de chikung y de bioenergética y cómo se relacionan con las técnicas de chikung, pero sin entrar en como se aplican (nada de práctica realmente). Habla muchísimo de los conceptos de jing, qi y shen y de la relación entre estos y Yi y xin. Voy a hablar un poco de yi y xin.

De ninguna manera alcanzo a comprender con la profundidad que me gustaría dichos conceptos. Comentaré como siempre aquí mis conclusiones, con la intención de ordenar mis ideas. Quizá sea capaz de hacer que a alguien le pique la curiosidad e investigue por su cuenta. Quizá podamos debatir estas cuestiones, o simplemente alguien con más conocimientos, pueda darnos alguna clave.

Al parecer, la energética china define la función mental con dos conceptos importantes. El yi y el xin.
El Yi lo define como la parte mental relacionada con el juicio, la sabiduría, responsable de la voluntad y de la intención. Es decir, beneficia al shen, lo que sería nuestro espíritu, nuestro ánimo, nuestra moral.
En contraposición se encuentra el xin o área mental relacionada con las emociones. Se dice que el xin es generado por las emociones y afecta estas. También se dice que mientras el xin es pasivo el yi es activo. El xin proviene del qi llamado de fuego, el que se forma de los alimentos y la respiración. El yi proviene del qi de agua, que ha su vez se forma de las energías heredadas de los padres: Yuan Jing, o esencia original, que reside en los riñones. Ambos pueden estimular el shen, pero la estimulación que proviene del qi de fuego y del xin es un poco peligrosa. Puede traer confusión mental. Este movimiento lleva asociado un pensar más agitado. Por tanto aunque el xin, la parte emocional del pensamiento pueda estimular el shen, (el espíritu o el ánimo) es muy fácil que lo haga de manera descontrolada, con demasiado fuego. Así, uno de los objetivos principales en el entrenamiento (sobre todo interno) ha de ser que el yi controle al xin. Es decir que nuestra mente racional, nuestro juicio, controle a nuestra mente emocional, que tiene tendencia a divagar. Esta afirmación (sacada del libro citado), no deja de sorprender un poco, entendida al pie de la letra y fuera de contexto. Siempre he pensado que las emociones no se pueden controlar. Lo que entiendo que el yi ha de controlar son los pensamientos que las emociones producen, no las emociones mismas.
Este tema me parece muy interesante ( y se podría ahondar mucho, se habla de ello en "El Tao de la meditación" de Stephen H. Wolinsky). Si, por ejemplo, a un estado de enfado , le suprimimos el diálogo interno que suele producir el enfado ("vaya fastidio, no me apetece, ya me ha vuelto a pasar, etc., etc.") que nos queda: nos queda la emoción misma. Un ejemplo: he tenido una discusión que me está produciendo mucha rabia. No puedo controlar la rabia y probablemente no sea acertado siquiera intentarlo. Ahora bien puedo controlar, reconducir, regular y reducir o eliminar todo el diálogo interno que produce esa emoción. Este ejemplo es, de todas maneras, un caso un poco extremo. No se aconseja practicar chikung en un estado demasiado alterado.
En circunstancias normales el xin estaría ocupado simplemente en vagar de un lado a otro, y por tanto habría que entrenarse en controlarlo.
Así, si el yi controla al xin se clarifica el shen. El pensamiento adquiere claridad, sosiego. Lo cual a su vez da fuerza al yi y lo capacita para dirigir el qi con más eficacia. Al dirigir el qi mejor, podemos también nutrir mejor el shen, lo cual repercute en un yi más fuerte. Está todo intimamente relacionado. "El tao del Taiji-quan" de Jou Tsung-Hwa dice acerca del cultivo de la fuerza interna: "...es relativamente sencillo comprender lo que hemos presentado aquí. Sin embargo para que sea útil, la atención relajada debe ser practicada. Tener éxito es un asunto de voluntad. Uno empieza as sentirse alerta, pero se cansa rápidamente y lo olvida. Esta respuesta es muy natural. Sin embargo, es importante renovar el esfuerzo cada vez que se pueda. Con la práctica diligente uno puede progresar hacia el mantenimiento del estado de atención relajada todo el tiempo"

¿qué es el chi?

Casi desde que comencé a practicar chikung y taichi, me empezaron a hablar en diversos contextos del concepto de chi (también escrito qi). Si tecleas en el google o buscas en la wikipedia obtendrás un dato que se repiten en todos los sitios: el chi es o tiene que ver con energía. Esto parece claro, pero puede plantear al mismo tiempo un problema intelectual derivado a mi entender sobre todo de una gran separación cultural y por tanto linguística entre oriente y occidente. En efecto, observamos que en muchas lenguas orientales existen conceptos similares o idénticos de uso cotidiano, mientras que en occidente si hablas de energía sin referirte a enchufes o centrales nucleares puedes ser tachado rápidamente de "rarito" por mucha gente. Quiero aclarar que, en concreto en China, la palabra chi, se utiliza para designar numerosos conceptos que tienen que ver con la energía en un sentido amplio. Por ejemplo el tiempo atmosférico se denomina "tian qi" o chi celeste, hablan también de la energía de la tierra o "di qi" (relacionado con terremotos o con la fertilidad por ejemplo), y por supuesto del chi humano "ren qi". Pero también la fuerza eléctrica se llama "dian qi" y la calorífica "re qi". Cuando se habla en chikung de chi, nos estamos refiriendo sobre todo a "ren qi", sobre el cual trabajan también los acupuntores. Por tanto "chi es cualquier tipo de energía capaz de manisfestar una fuerza o poder" ("La Raíz del Chikung Chino" Dr. Yang, Jwing- Ming).
Me gusta está concepción porque expresa a los seres humanos como parte de un todo: nuestro campo energético no es más que un campo energético más, influido por, e influyendo a infinitos campos energéticos, desde lejanos rincones del universo a los átomos de los que estamos compuestos. Me gusta también porque me ayuda a mi, persona occidental, con educación racionalista y cientificista, a entender que el chi no es algo abstracto, esotérico, ante lo que habría que, o bien ser escéptico, porque no puedes verlo ni sentirlo, o bien tener fe, y cree que existe porque te han dicho que existe. La energía según la física, es la capacidad de realizar un trabajo. Así, podemos pensar al practicar chikung en términos más familiares a nuestra cultura (a la mía por lo menos), que si mi organismo ha de calentarse, moverse, pensar, etc es evidente que necesitará de energía, de chi. Cuanta más calidad tenga ese chi, tanto más calidad tendrá el funcionamiento de mis sistemas corporales. El chikung por tanto podría entenderse como un sistema de ejercicios destinados a tener la red energética corporal en condiciones óptimas y así conservar los organos, visceras y en realidad cada célula del cuerpo en buen estado el mayor tiempo posible y llevarlos a un funcionamiento mejorado.
Algunos autores expresan está dicotomía entre la concepción oriental y occidental de la energía, diciendo que el chi tiene correlaciones medibles. Es decir: yo me concentro en mi abdomen unos minutos y (si tengo el entrenamiento apropiado) hago que allí acuda el chi. Esto diría un chino. Un occidental diría yo me concentro en mi abdomen y acabo por sentir una sensación "x". Un científico diría que se puede medir un aumento de la temperatura y del potencial del campo electromagnético en la zona. Es decir, que el flujo o almacenamiento de chi lleva asociado uno o más cambios físicos observables objetivamente mediante medios científicos. En este sentido la correlación más significativa del chi humano que se ha cuantificado es la energía electromagnética (lógico si pensamos que gran cantidad de las funciones del cuerpo necesitan directamente este tipo de energía).
El concepto de correlación deja la puerta abierta a que, aunque el chi lleva asociada energía medible científicamente sea, sin embargo, algo más (el qué, entra de momento en el campo de lo esotérico). Pero otros autores afirman en cambio que el chi humano es la propia energía electromagnética. Yo me siento más cómodo con lo segundo, pero al final es una cuestión de palabras. Lo que quiera que sea el chi es útil trabajar con él y esto es lo importante.