Los textos de este blog han de entenderse como los trabajos y reflexiones de un estudiante. Si queréis profundizar hay una entrada con libros recomendados.

Método en las clases: una de preguntas y dudas.

Cuando me he visto, al frente de una clase de chi kung, me han surgido numerosos interrogantes  y dudas, que poco a poco intento ir resolviendo. Me refiero al método de trasmisión. A estrategias de comunicación efectiva y ese tipo de cosas. Es decir: "cómo" tratar de enseñar.
El "qué", la materia, los ejercicios o las técnicas procuro tenerlas muy  claras. Si no es así,  no enseñar eso es lo único honesto que se puede hacer.
Como decía me surgen varias dudas. En primer lugar, la organización del tiempo en la clase. ¿Cuánto tiempo dedicar a cada parte de la clase?. Y dentro de cada parte de la clase, ¿hacer pocas técnicas con muchas repeticiones, o al revés, muchas técnicas con menos repeticiones?. Otra duda es ¿cuál es la proporción de ejercicios "conocidos" por la mayoría de los alumnos respecto de los que  sean nuevos para ellos?  Otra duda más general y relacionada con todo lo anterior es si tener la clase absolutamente preparada o por el contrario dejarse llevar por lo que vaya apeteciendo, o intuyéndose  más efectivo en ese momento determinado. ¿Qué grado de atención dedicar a uno mismo o a los alumnos en la realización de los ejercicios? ¿Hacer siempre algo muy parecido, o por el contario ir cambiando?
Uno ha estudiado un curso que se supone que  le capacita para ser "instructor" de chikung. Pero aunque el nivel de la capacitación recibida sea muy bueno (y así considero la que yo recibí), en la práctica, supongo que, como todo en la vida, uno aprende "haciendo" lo que quiere aprender. Así que si uno esta interesado en aprender a enseñar, no hay más remedio que aprender a enseñar enseñando. En el proceso, me temo que los alumnos a veces son como conejillos de indias, con los cuales uno comete a veces torpezas. A fuerza de prueba y error y fijándose en sus maestros, supongo que uno va aprendiendo "un método" de trasmisión; efectivo en el mejor de los casos, aunque no hay ninguna garantía de que sea así. Lo único que uno puede garantizar es su ilusión y sus ganas por hacerlo lo mejor posible, la humildad para reconocer sus carencias, y el respeto y el cariño por lo que se intenta enseñar.