Los textos de este blog han de entenderse como los trabajos y reflexiones de un estudiante. Si queréis profundizar hay una entrada con libros recomendados.

WU JI. POSTURA BÁSICA DE PIÉ.

INTRODUCCIÓN:
Uno de los trabajos básicos y más importantes al practicar chi kung es cuidar con detalle nuestra postura al estar de pié. Existen técnicas que se practican sentado, algunas tumbado, pero la mayoría se realizan de pié, por lo que, estar de pié será importante para cualquier ejercicio que hagamos. Pero además el estar de pié se considera un chi kung en si mismo. Es decir: estar de pie se considera un entrenamiento, para adquirir fortaleza física y mental, para la autosanación o  prevención de enfermedades.
Pero no hablamos de estar de pie de cualquier manera, sino prestando atención a unos cuantos detalles. No son complicados, pero profundar en ellos, es trabajo de mucha práctica. Sin embargo desde el principio es beneficioso.
No hay que olvidar que  el chi kung fue, en parte, desarrollado por  taoístas y budistas interesados en la meditación  para su desarrollo espiritual. Nosotros podemos utilizarlo para la mejora personal sea cual sea nuestro interés. Digo esto porque el estar unos minutos con total atención a la postura y la respiración es, de hecho, meditación. Wu ji significa algo así como vacío absoluto. Yo diría más prosaicamente que se trata de relajarse de pie.

POSTURA:
Pies: Los pies se colocan a una distancia del ancho de hombros con las puntas mirando hacia delante. Trataremos de maximizar la superficie de contacto con el suelo y tratar de que el peso se sienta aproximadamente el centro de la planta, tanto vertical como horizontalmente. Para ello, en  cuanto a la vertical, haremos un suave balanceo del cuerpo, cambiando el peso con claridad entre la punta y el talón, reduciendo progresivamente el balanceo hasta quedar en el centro. En cuanto a la horizontal, jugaremos  con la distancia entre las rodillas, ya que esto modifica el apoyo del pie en este eje. Hay más detalles, pero para empezar esto es bastante trabajo ya.
Rodillas: Flexionaremos muy ligeramente las rodillas. En posturas más avanzadas, se flexiona más, pero al principio basta con no ponerlas rígidas. Se trata de relajarlas, para que fluye bien la sangre (y el chi). Un instructor nos recordaba: “Aflojad las rodillas un poco más a ver si todavía pueden con vuestro peso“.
Cadera: El gesto de aflojar las rodillas debe hacer que el hueso sacro  vaya hacia abajo y hacia adelante un poquito, reduciendo la curva que suele tener la zona lumbar. Además tratamos de relajar las ingles, zona importante de unión entre las dos mitades del cuerpo.
Hombros: Los dejamos caer. Una imagen que puede ayudar es tratar de sentir el peso de los brazos. Existe una tendencia bastante generalizada a llevar los hombros tensos y hacia arriba.
Cabeza y cuello: Hay una imagen fundamental en este trabajo que es imaginar como un hilo que tira de la coronilla con suavidad hacia el cielo. De esta manera estiramos ligeramente las cervicales hacia arriba. El mentón puede ir en este movimiento ligerísimamente hacia dentro y hacia abajo.
Es interesante también realizar un examen de todos el cuerpo, por zonas, para soltarlas y ralajarlas una a una. De arriba abajo o al revés pero siempre parte a parte (frente, ojos, mejilla, cuello, cuero cabelludo, hombros, etc...)  tomando unos segundos para relajar cada  zona.


Con estos detalles tenemos  lo referente a la postura Wu ji. Al principio hay que ir poco a poco, con la práctica, posiblemente, de un vistazo rápido, nos colocaremos bien. No obstante, durante toda la práctica hay que prestar atención a todo lo dicho e ir corrigiendo si se siente que se debe hacer. El cuerpo, con la experiencia te va indicando modificaciones paulatinamente más sutiles, que hacen que se produzcan  cambios  en la estructura corporal. Una  compañera,   practicante de chi kung,  jovencita de más de 60 años, comentaba como sus amistades después de un tiempo sin verse le habían dicho ¡que había crecido! En efecto,  en esta postura sometemos a la columna a un estiramiento por sus extremos, siendo enormemente beneficioso para las vértebras y los discos intervertebrales.

RESPIRACIÓN:
En un primer momento es una buena idea simplemente tomar conciencia del proceso de respirar. Para ello podemos fijarnos en la sensación que produce el aire al entrar y salir de la nariz y centrarnos en ella. Es algo sencillo. La complicación es que la mente, intentará moverse hacia otros sitios como siempre hace y tendremos que hacerla volver a la sencillez del aire en la nariz.  Es importante recordar que no hay que tratar de cambiar la respiración, o por lo menos, no demasiado. Al  observarla, probablemente ella sola se regulará haciéndose más lenta, fluida y profunda.

CONCENTRACIÓN:
Una vez tengamos una buena postura y notemos que nuestra respiración se ha sosegado  podemos concentranos en  la imagen de una pelota pequeña (como de ping-pong) luminosa situada en el tantien. Con la inspiración la pelota se ilumina un poco y con la expiración se "apaga" otro poco.
El tantien  (o dantian) inferior  se sitúa a tres o cuatro dedos por debajo del ombligo y  hacia el interior del abdomen. Esta imagen nos servirá para ir tomando conciencia de la zona del tantien, considerada como el centro energético del cuerpo. En cuanto a la concentración esta es una manera,  no la única.  Lo importante es llevar la atención a esa zona. Aprender a hacerlo es algo sutil y poderoso. Pero sin agobios. Vamos a distraernos una y mil veces. Es lo normal. Simplemente se vuelve al trabajo o quizá mejor dicho al juego, pues quizá sea la mejor manera de enfocarlo, como un juego. 
Una sesión de chi kung suele incluir unos minutos en esta postura. Se puede empezar  por dos o tres minutos e ir incrementando paulatinamente. Se pueden contar la respiraciones para “medir” aproximadamente el tiempo que se lleva y como ayuda para no distraerse.
    Por último, añadir que mantendremos esta postura mientras no se diga otra cosa. Es decir en cualquier ejercicio, habrá que tener en cuenta los principios de wu ji: no tensar los hombros, mantener las rodillas un poquito flexionada, maximizar la superficie de contacto con el suelo e imaginar un hilo que tira de la coronilla hacia arriba.