Los textos de este blog han de entenderse como los trabajos y reflexiones de un estudiante. Si queréis profundizar hay una entrada con libros recomendados.

Elementos de la práctica: postura, respiración, mente

El trabajo del chikung se basa en tres elementos o tres regulaciones:

1 - La postura.
Normalmente trabajamos un movimiento aunque también a veces una posición estática. Los beneficios del movimiento son evidentes. Allá donde hay movimiento la energía (el qi), la sangre y los líquidos corporales no se estancan, no hay bloqueos y la enfermedad no puede instalarse.
Una correcta posición estática mantenida favorece la relajación y la meditación. Además, permite un reajuste preciso de la postura, una reeducación de la manera que tenemos de sentarnos o estar de pie.
2 - La respiración.
La respiración tiende a ser cada vez más profunda, utilizando más la capacidad pulmonar que tenemos y no usamos, movilizando más el diafragma respiratorio, que tiene mucha tendencia a bloquearse relacionado con estados de ansiedad crónicos. Además si creamos un ritmo conjunto de movimiento-respiración favorecemos inmediatamente la relajación.
3 - La mente.
Enfocamos nuestra mente en cosas concretas con un objetivo múltiple. En primer lugar para evitar distraernos. Trabajamos con un anclaje que nos permita volver al aquí y ahora cuando notamos que nuestros pensamientos empiezan a divagar. En segundo lugar, este anclaje normalmente es una zona de nuestro cuerpo: un punto, un meridiano de acupuntura, o un centro energético. Esta comprobado científicamente que dirigir la intención mental a un área concreta del cuerpo hace que se produzcan cambios en la zona. Aumenta la irrigación sanguínea porque los vasos se dilatan, por tanto la zona se calienta, se oxigena más. También aumenta la actividad electromagnética. Todo esto se expresa en el paradigma de la energética oriental diciendo que a esta zona acude el qi, la energía. Se dice por tanto que la intención mental dirige la energía (el qi).
Otro sistema sería utilizar como elemento para concentrarnos el propio proceso respiratorio y su sensaciones asociadas, combinando así la respiración y la mente. Se observa que cuando se efectúa este trabajo el ritmo respiratorio baja, y asociado a él, parece bajar la velocidad a la que se suceden los pensamientos ordinarios, siendo probablemente este método el más conocido de introducirnos en lo que se conoce como meditación.

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