Quiero hacer unas fotos para enseñar el parque del oeste, situado en la calle Enguera de Valencia. También se conoce como parque de la Aviación, por el cuartel que había antiguamente. Se le llama también coloquialmente "parque del avión", ya que hay un avioneta militar antigua expuesta en posición diagonal, semierguida, cerca de una de las entradas. Me gusta este parque. Tiene una zona con columpios y explanadas, donde se puede ir en bici y patinar. También tiene un auditorio, para eventos vecinales, aunque esas zonas no me interesan mucho. Hay otra parte en un extremo, que es la parte que quiero fotografiar. En esa parte hay árboles, césped y arbustos. Hay también unas rocas grandes dispuestas en el borde de un canalillo que suele estar seco. Suele haber bandadas de pájaros merodeando por las copas de los enormes pinos y también se ven pajarillos y palomas en el suelo. También hay algunos gatos. Todo un ecosistema urbano.
Tengo algunos sitios preferidos, pero dependiendo de la hora y el clima (si quiero sol, sombra o a medias), la gente que haya o mi intuición, me coloco en un sitio u otro para practicar taichi & chikung.
Algunas temporadas me da por practicar dentro de casa. A veces también practico en el balcón o en el terrado del edificio; a veces también en los jardines del Turia. Pero, si no llueve, suelo preferir el Parque del Oeste. Para los practicantes de taichi y chikung, un sitio como el Parque del Oeste, puede ser algo más que un sitio bonito o agradable. Es casi un compañero. Forma parte del entrenamiento. Cuando práctico chikung estático, los árboles, los arbustos o el suelo me sirven para fijar la atención si me apetece tener los ojos abiertos. Cuando hago taichi, voy sintiendo con las plantas de los pies las raices y protuberancias del suelo. El césped es mi colchoneta para estirar o relajarme. Algunas veces hasta me he echado una siestecilla en un banco despues de relajarme un poco. Entre semana, por la mañanas temprano, salto la valla del parque porque todavía está cerrado. Solo una vez los jardineros me han echado la bronca. Muchas veces me ven y pasan de mi. También, en más de una ocasión, me he escondido detrás de los árboles, del guardia que va con el silbato echando a todo el mundo cuando van a cerrar por la tarde, para seguir practicando un rato más. A veces pienso que sería mejor que lo dejaran abierto y todo el mundo pudiera usarlo a cualquier hora. Aunque casi me gusta más que durante unas horas sea mi parque.
Los textos de este blog han de entenderse como los trabajos y reflexiones de un estudiante. Si queréis profundizar hay una entrada con libros recomendados.
"Soltar la cuerda un poco"
En el tiempo que llevo practicando taichi y chi kung, de vez en cuando, ha llegado de manera más o menos inesperada la sensación de haber dado un paso importante en la práctica. Algún detalle sutil que de repente se comprende (o se cree comprender) y que parece que nos lleva a una mejor práctica. Alguna sensación en el cuerpo que se corresponde (o no) con algo que se ha leído o que nos han contado que puede ocurrir. En ocasiones creo que son cosas importantes y a veces son asuntos que no llevan a ningún lado.
Es dificil de decir, pues dado que no siempre se tiene a mano un profesor que pueda contestar todas nuestras dudas, solo una práctica constante podrá aclararnos las cosas. También ocurre que a veces olvidamos algo que nos pareció percibir en algun momento o que dió buen resultado y no volvemos a ello hasta tiempo después.
De un tiempo a esta parte llevo un "diario de práctica" donde anoto brevemente este tipo de cosas para no olvidarlas y considerarlas en perspectiva.
En las últimas anotaciones de mi diario hay dos cosas que han merecido mi atención y no debo olvidar.
La primera refiere a la posición de la lengua. Se sabe que durante toda la práctica la lengua se coloca en el paladar para cerrar el circuito energético de los meridianos governador (Du Mai) y concepción (Ren Mai) (pequeña circulación celeste). Ya hace unos años me di cuenta de que cometía una imprecisión al colocar la lengua demasiado hacia delante, tocando en ocasiones los dientes de arriba. Esto, como despues leí, en un libro de Yang Jwing Ming, y ya había experimentado, puede provocar una tendencia a un estado somnoliento desaconsejable para la práctica. Mi sensación es que se produce una"desviación" del circuito energético y el flujo de qi se desplaza hacia delante, hacia los propios dientes y encías (cuando el circuito se dice que va desde el paladar a la lengua y de ésta a la garganta); además de la sensación de "adormilarse".
Últimamente he vuelto a reconsiderar la posición de la lengua, colocándola un poco más hacia atrás todavía, lo cual me está dando buenos resultados. Creo que es un tema que merece considerar y, sobre todo, experimentar.
La segunda es "soltar la cuerda un poco". Se refiere a cultivar una actitud de "juego", de desapego por el resultado obtenido a la hora del entrenamiento. No tiene sentido tratar de realizar una meditación, siendo demasiado inflexible con los propios pensamientos. Hay que permitirsela necesaria libertad, para ser sinceros con nosotros mismos. Si uno está inquieto, habrá que reconocer esa inquietud. Si uno siente pereza y quiere detenerse, observa la pereza como parte de lo que sientes. No de manera intelectual o discursiva (aunque a veces viene bien verbalizar una situación o estado mental para "diluirlo") sino como sensación, como "energía". Una auto-represión del contenido mental , o un esfuerzo de concentración excesivo quizá sean contraproducentes.
El "arte" de la meditación pues, es posible que se halle, en encontrar un equilibrio entre "dejarse ir" y conservar cierto control para no "ir muy lejos" y volver al objeto de meditación (dan tian, por ejemplo, o la observación del propio vacío mental). O más bien en "observar con atención" más que realmente en controlar nada. No se. Me doy cuenta mientras escribo esto que no tiene mucho sentido para mi hablar de ello. Es dificil explicar con palabras las sutilezas de los entresijos de la actividad mental. Solo encontarnos directamente con la sensaciones puede acaso enseñarnos algo.
Es dificil de decir, pues dado que no siempre se tiene a mano un profesor que pueda contestar todas nuestras dudas, solo una práctica constante podrá aclararnos las cosas. También ocurre que a veces olvidamos algo que nos pareció percibir en algun momento o que dió buen resultado y no volvemos a ello hasta tiempo después.
De un tiempo a esta parte llevo un "diario de práctica" donde anoto brevemente este tipo de cosas para no olvidarlas y considerarlas en perspectiva.
En las últimas anotaciones de mi diario hay dos cosas que han merecido mi atención y no debo olvidar.
La primera refiere a la posición de la lengua. Se sabe que durante toda la práctica la lengua se coloca en el paladar para cerrar el circuito energético de los meridianos governador (Du Mai) y concepción (Ren Mai) (pequeña circulación celeste). Ya hace unos años me di cuenta de que cometía una imprecisión al colocar la lengua demasiado hacia delante, tocando en ocasiones los dientes de arriba. Esto, como despues leí, en un libro de Yang Jwing Ming, y ya había experimentado, puede provocar una tendencia a un estado somnoliento desaconsejable para la práctica. Mi sensación es que se produce una"desviación" del circuito energético y el flujo de qi se desplaza hacia delante, hacia los propios dientes y encías (cuando el circuito se dice que va desde el paladar a la lengua y de ésta a la garganta); además de la sensación de "adormilarse".
Últimamente he vuelto a reconsiderar la posición de la lengua, colocándola un poco más hacia atrás todavía, lo cual me está dando buenos resultados. Creo que es un tema que merece considerar y, sobre todo, experimentar.
La segunda es "soltar la cuerda un poco". Se refiere a cultivar una actitud de "juego", de desapego por el resultado obtenido a la hora del entrenamiento. No tiene sentido tratar de realizar una meditación, siendo demasiado inflexible con los propios pensamientos. Hay que permitirsela necesaria libertad, para ser sinceros con nosotros mismos. Si uno está inquieto, habrá que reconocer esa inquietud. Si uno siente pereza y quiere detenerse, observa la pereza como parte de lo que sientes. No de manera intelectual o discursiva (aunque a veces viene bien verbalizar una situación o estado mental para "diluirlo") sino como sensación, como "energía". Una auto-represión del contenido mental , o un esfuerzo de concentración excesivo quizá sean contraproducentes.
El "arte" de la meditación pues, es posible que se halle, en encontrar un equilibrio entre "dejarse ir" y conservar cierto control para no "ir muy lejos" y volver al objeto de meditación (dan tian, por ejemplo, o la observación del propio vacío mental). O más bien en "observar con atención" más que realmente en controlar nada. No se. Me doy cuenta mientras escribo esto que no tiene mucho sentido para mi hablar de ello. Es dificil explicar con palabras las sutilezas de los entresijos de la actividad mental. Solo encontarnos directamente con la sensaciones puede acaso enseñarnos algo.
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